Victor Hugo (Besançon 1802-París 1885) fue un poeta,
dramaturgo y novelista del Romanticismo francés, así como un intelectual
comprometido con la política del siglo XIX de Francia. En su faceta literaria y
creadora, está considerado como uno de los más grandes en lengua francesa,
mientras que en el terreno político abordó públicamente, en escritos y en las
Asambleas del momento, cuestiones que aún hoy en día siguen preocupando, como
los derechos de las mujeres, la educación, la pena de muerte y la unidad de Europa,
para la que proponía un modelo similar al de los Estados Unidos de América. Su
compromiso con la sociedad, que posterior y recientemente fue recogido por los
intelectuales para debatir el papel que les corresponde ante la ciudadanía, le
costó una condena de exilio entre 1852 y 1877. Google le dedica hoy un
'doodle'.
Como se puede encontrar en Wikipedia, fue un poeta lírico,
con obras como ‘Odas y baladas’ (1826), ‘Las hojas de otoño’ (1832) o ‘Las
contemplaciones’ (1856), poeta comprometido contra Napoleón III en ‘Los
castigos’ (1853) y poeta épico en ‘La leyenda de los siglos’ (1859 y 1877). Fue
también un novelista popular y de gran éxito con obras como ‘Nuestra Señora de
París’ (1831) o ‘Los miserables’ (1862), recreado en 2012 en el cine a modo de
musical por el británico Tom Hooper y de cuya última parte se cumple hoy el 155
aniversario de su publicación. En teatro expuso su teoría del drama romántico
en la introducción de ‘Cromwell’ (1827),4 y la ilustra principalmente con
‘Hernani’ (1830) y ‘Ruy Blas’ (1838).
Sus opiniones, a la vez morales y políticas, y su obra
excepcional, le convirtieron en un personaje emblemático a quien la Tercera
República honró a su muerte con un funeral de Estado, celebrado el 1 de junio
de 1885 y al que asistieron más de dos millones de personas, y con la
inhumación de sus restos en el Panteón de París.
PREMONICIÓN EUROPEÍSTA
Como muestra de su visiona largo plazo y de su compromiso
social, basta con leer las palabras que pronunció ante la Asamblea Nacional
francesa. Un texto premonitorio: "Llegará un día en el que las armas se os
caigan de los brazos, a vosotros también! Un día vendrá en el que la guerra
parecerá también absurda y será también imposible entre París y Londres, entre
San Petersburgo y Berlín, entre Viena y Turín, como es imposible y parece
absurda hoy entre Ruan y Amiens, entre Boston y Filadelfia. Un día vendrá en el
que vosotras, Francia, Rusia, Italia, Inglaterra, Alemania, todas vosotras,
naciones del continente, sin perder vuestras cualidades distintivas y vuestra
gloria individual, os fundiréis estrechamente en una unidad superior y
constituiréis la fraternidad europea, exactamente como Normandía, Bretaña,
Borgoña, Lorena, Alsacia, todas nuestras provincias, se funden en Francia "Y
seguía”: Un día vendrá en el que no habrá más campos de batalla que los
mercados que se abran al comercio y los espíritus que se abran a las ideas. -
Un día vendrá en el que las balas y las bombas serán reemplazadas por los
votos, por el sufragio universal de los pueblos, por el venerable arbitraje de
un gran Senado soberano que será en Europa lo que el Parlamento en Inglaterra,
lo que la Dieta en Alemania, ¡lo que la Asamblea Legislativa en Francia! Un día
vendrá en el que se mostrará un cañón en los museos como ahora se muestra un
instrumento de tortura, ¡asombrándonos de que eso haya existido! Un día vendrá
en el que veremos estos dos grupos inmensos, los Estados Unidos de América y
los Estados Unidos de Europa, situados en frente uno de otro, tendiéndose la
mano sobre los mares, intercambiando sus productos, su comercio, su industria,
sus artes, sus genios, limpiando el planeta, colonizando los desiertos,
mejorando la creación bajo la mirada del Creador, y combinando juntos, para
lograr el bienestar de todos, estas dos fuerzas infinitas, la fraternidad de
los hombres y el poder de Dios". Y eso sucedió en 1871.
Articulo del periodico Extra de Barcelona
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