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La Traición


LA TRAICIÓN


Allí estaba, Ana, frente al espejo, dándose los últimos toques de maquillaje antes de salir. En los últimos as, ella se había comprado varias cosas nuevas, entre las cuales esa blusa roja, muy atractiva que llevaba puesta sobre su falda abierta en un lado; se veía muy sexi; hacía tiempo que no me fijaba en ella y lo atractiva que podía ser.
¿Sales?
Si con una amiga. ¿Quién es? –No la conoces.Se fue, cerrando, la puerta dets de ella.
Julia hermosa como siempre, con sus negros ojos fijos en los míos, iba desnudándose con movimientos lentos mientras me miraba y sonreía.
–Me excita tu manera de desnudarte, eres muy sensual ¿te ayudo?
Desabrocha mi sostén, y bésame, te amo, acaricia mis senos, tus manos me enloquecen.
¿Un nuevo sostén? Es la primera vez que te lo veo me gusta.
Si es nuevo, lo compré para ti.
Los vi en su gaveta donde guarda sus cosas intimas; las compró hace poco, se las puso el viernes cuando dijo que iba a almorzar con su amiga Sandra. Estoy seguro que se está viendo con alguien. Sandra aquel día no almorzó con ella, la vi con otra persona en el centro.
–Amor mío, te siento ausente como si no estuvieras aquí, ¿estás preocupado, algún problema?
–No nada, un poco cansado, nada más.
–Ven acuéstate a mi lado, necesito tu calor, abzame.
Si amor, tus manos me hacen vibrar, siento escalofríos, tiemblo con tus caricias, tómame.
¿Él también la hará temblar con sus caricias?  Las manos sobre sus senos, la boca de él que recorre su cuerpo, los besos ¡Maldita! ¿Por qué, acaso es más hombre que yo, qué tiene que yo no pueda darte? te odio.
–¡Ay, me haces daño, suéltame! ¿Q pasa querido, por qué me haces daño?
Lo siento, disculpa, no quería hacerte daño, no estoy con mi cabeza tengo problemas.
Cuéntame amor, dime ¿cuál es el problema qué te aflige?
Sospecho que Ana, mi mujer, me traiciona.
– ¡Cómo! ¡No lo puedo creer!
Una sonrisa sarstica se dibujó en sus labios:
 – ¿Ana, mi mejor amiga te traiciona y tú no lo sabias? Ven abrázame y tómame. No pienses en ella…

M.A.





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