Ingrid
La veía
todas las mañanas a la hora que se dirigía al trabajo. Me paraba en el ángulo
de la vía y esperaba que pasara con su caminar de modela, un pie frente al otro
ondulando las caderas, siempre vestía faldas muy ceñidas que dibujaban su
figura, la blusa de amplio escote enmarcaba el busto arrogante, poco maquillaje
resaltaba su perfil, el pelo rubio suelto sobre la espalda descubría sus
ancestros alemanes. Ella pasaba sin notar mi presencia, como si yo fuera
invisible, subía al autobús y se alejaba de mí.
Tampoco esta vez había tenido el coraje de detenerla y confesarle lo que
sentía por ella y que todas las mañanas iba a verla pasar y en la tarde nuevamente
me apostaba cerca de la parada esperándola. Siempre me decía que ese sería el
día bueno para hablarle me presentaría con una excusa.
Al fin tomé la decisión, mientras mi sueño se
acercaba mi corazón latía fuerte, mis manos sudaban y mis piernas temblaban.
Ella volteo su cara hacia mí y nuestros ojos se encontraron, al ver que me
aproximaba sonrió _ Al fin te has decidido creí que nunca encontraría el coraje
de hablarme yo me llamo Ingrid ¿y tú? _ Franco, temía importunar. _Como estás
viendo no me molesta a las mujeres nos halaga el ser cortejadas. Ahora estoy
yendo a mi trabajo, si lo deseas en la tarde a mi regreso puedes invitarme a un
café. _ Esta tarde estaré aquí como todos los días esperando tu llegada. _ Ella
acerco su cara a la mía y depositó un beso en mi mejilla luego subió al bus y
yo satisfecho por haber logrado su atención, regrese a mi piso lo tenía que
ordenar i preparar por si lograba hacer que subiera. Las féminas no saben
resistirse a un hombre tímido y débil, su instinto materno las domina.
A las
cinco de la tarde, puntual como un cronometro suizo, Ingrid bajó de la guagua.
_ El adorable galán esperando mi
llegada y yo anhelando el café prometido me acerque y bese primero su mejilla y
luego rosé sus labios con los míos. _
Mi casa queda cerca y hago mejor café ¿Te atreves a subir? _ No esperé
contestación, le devolví el beso y caminando, atravesamos una pequeña plaza en
la que jugaban algunos niños bajo la atenta vista de sus jóvenes madres, en la
siguiente vía entramos en antiguo edificio que ostentaba su edad con toda
dignidad, subimos por las escaleras al primer piso. _Este es mi modesto reino
del café, en aquella cocina de dos hornillas la sin igual Moka nos va a dar la
mejor infusión del negro estimulante. Ponte cómoda en el único sofá del
apartamento. Estoy mortificado por
haberte traído a esta casa de divorciado en la que los únicos muebles que
funcionan bien son el sofá y la cama. _ No te angusties es un cómodo
apartamentito, lo justo para un hombre solitario. _ Ahora no estoy solo mira
como tiemblan mis manos mientras monto la cafetera. Si lo deseas puedes poner
algo de música, allí está el viejo tocadiscos y un montón de discos yo para la música
no uso cd me gusta escuchar el sonido de la aguja sobre el surco. _Eres un
romántico de los convencidos que “Todo tiempo pasado fue mejor. “_ Romántico
puede ser, por lo de los discos ya te dije es solo cuestión de gustos, me crié
con los 45 y 33 de pasta y sus ruidos sin alta fidelidad, y simplemente siguen
gustándome. _Soy de las que creen que el
pasado sirve únicamente para tener recuerdos, el presente para vivirlo y el
futuro una incógnita que creamos con nuestras decisiones. En este momento yo
soy tu presente que espera darte algo de placer en tu futuro próximo. _ La tome
de la mano y la acerque, la bese, ella devolvió el beso mientras yo habría su
blusa y le quitaba el sostén, la tome en mis brazos y la deposite en el sofá
mientras rápidamente me desnudaba…
Fredo Nedi
25/05/2018
07/01/2019
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